Director: John Moore
Reparto: Mark Wahlberg, Mila Kunis, Beau Bridges, Ludacris, Donal Logue
Producción: Julie Yorn
Reparto: Mark Wahlberg, Mila Kunis, Beau Bridges, Ludacris, Donal Logue
Producción: Julie Yorn
Lo había leído por ahí, me lo habían dicho, pero me resistí. Porque me gusta Mark Whalberg, claro. Y porque tampoco perdía mucho más que 5 euros.
La gran pregunta es: ¿Es Max Payne tan mala como se ha dicho por ahí?
Ante todo, Max Payne es una película perfecta para ver el equilibrio entre el guión y la estética.
Hay que decirlo: la idea es muy poco original. Pero, ¿hace falta serlo para que la película esté bien? En este caso, se podría haber hecho un film policíaco en condiciones.
La gran pregunta es: ¿Es Max Payne tan mala como se ha dicho por ahí?
Ante todo, Max Payne es una película perfecta para ver el equilibrio entre el guión y la estética.
Hay que decirlo: la idea es muy poco original. Pero, ¿hace falta serlo para que la película esté bien? En este caso, se podría haber hecho un film policíaco en condiciones.
Entonces, ¿cuál es el problema? El guión, nada menos.
Profundidad de los personajes, no hace falta buscarla. Con Max Payne tenemos suficiente.
Misterio en la trama, reflejado en un par de incógnitas. El resto se intuyen en un plisplás.
Originalidad en los elementos que hacen avanzar la historia, ninguna. Aquí si que creo que tenían que serlo.
Acción, poca. En una película así, qué menos que hubiera acción a raudales, y hasta le falta de eso.
Entonces, ¿se salva algo de la película? Pues sí, la estética. He aquí el ejemplo de que se puede seguir la moda de Sin City y 300 y no agobiar la vista del espectador.
Además, hay un hecho que añade valor al producto: un Mark Whalberg que presenta, cada vez más, su firme candidatura a ser el durito por excelencia del cine actual, ese reflejo de los antaño adorados Stallone, JCVD, Bruce Willis, Kurt Russell o Schwarzenegger, que andaban cojos de herederos, tras las candidaturas presentadas por Vin Diesel, Jason Statham y tantos otros.
Max Payne me ha dejado, en definitiva, un sabor agridulce. Por un lado, la decepción de algo que podría haber estado mucho mejor. Por el otro, esos momentos de venganza saciada y unas cuantas escenas muy chulas en la retina.
Le doy 2,5 chapitas de 5.
Profundidad de los personajes, no hace falta buscarla. Con Max Payne tenemos suficiente.
Misterio en la trama, reflejado en un par de incógnitas. El resto se intuyen en un plisplás.
Originalidad en los elementos que hacen avanzar la historia, ninguna. Aquí si que creo que tenían que serlo.
Acción, poca. En una película así, qué menos que hubiera acción a raudales, y hasta le falta de eso.
Entonces, ¿se salva algo de la película? Pues sí, la estética. He aquí el ejemplo de que se puede seguir la moda de Sin City y 300 y no agobiar la vista del espectador.
Además, hay un hecho que añade valor al producto: un Mark Whalberg que presenta, cada vez más, su firme candidatura a ser el durito por excelencia del cine actual, ese reflejo de los antaño adorados Stallone, JCVD, Bruce Willis, Kurt Russell o Schwarzenegger, que andaban cojos de herederos, tras las candidaturas presentadas por Vin Diesel, Jason Statham y tantos otros.
Max Payne me ha dejado, en definitiva, un sabor agridulce. Por un lado, la decepción de algo que podría haber estado mucho mejor. Por el otro, esos momentos de venganza saciada y unas cuantas escenas muy chulas en la retina.
Le doy 2,5 chapitas de 5.
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